La nuclear de Cofrentes con esta parada no programada entra en la zona blanca del indicador de sucesos del SISC
Esta madrugada del 12 de julio, a las 5:45 h, la central nuclear de Cofrents ha sufrido una nueva parada no programada por una avería en la turbobomba B de agua de alimentación. Estas turbobombas son uno de los sistemas más esenciales de un reactor nuclear. Son las que mantienen el agua del núcleo del reactor circulando y sacando del núcleo del reactor el calor generado por la desintegración radioactiva del combustible nuclear. Si falla esta circulación el calor se acumula y acaba fundiendo el combustible nuclear y aumentando la presión hasta que hay que optar por soltar los gases radioactivos o que la vasija del reactor explote. Es decir, lo que ocurrió en la catástrofe de Fukushima, donde las turbobombas pararon por falta de alimentación eléctrica.
Recordemos que esta nueva parada no programada sigue la (mala) tendencia de los últimos trimestres, en los que ha sufrido una parada no programada cada trimestre desde el tercer trimestre de 2023. Concretamente los días 20-9-2023, 15-11-2023 y 14-1-2024. De hecho, esta nueva parada hará que Cofrentes supere el límite de 3 paradas no programadas cada 7000 horas de funcionamiento. Lo que le hace entrar en la zona blanca del indicador de sucesos en el SISC (Sistema Integrado de Supervisión de Centrales) del CSN (Consejo de Seguridad Nuclear).

Toda esta sucesion de paradas no programadas, junto con multitud de incidentes menores, el último de ellos hace sólo tres días, demuestra, una vez más, que la nuclear de Cofrents, que ya ha cumplido 41 años de funcionamiento, está vieja y deteriorada. Seguir manteniéndola en funcionamiento supone un aumento exponencial del riesgo de accidente grave.
La energía nuclear, a la sombra de las renovables
A este peligro le sumamos la inutilidad de la energía nuclear. Esta produce menos del 20% de la generación nuclear española y es mucho más cara que la generación renovable, que está batiendo récords de producción casi a diario. De hecho, ya durante esta primavera la mayoría de las centrales nucleares han parado o reducido su producción por no poder competir económicamente con las renovables. También hay que señalar que las centrales nucleares son unas enormes consumidoras de agua dulce (excepto Vandellós II, que la toma del mar). Un agua cuya disponibilidad ya está muy reducida por el cambio climático y que necesitamos para regar y beber.

Por todo ello, la plataforma Tanquem Cofrents, de la cual forma parte Acció Ecologista-Agró, exige el cierre acelerado de Cofrents y el resto de nucleares. Lo exige sin esperar a los plazos del calendario de cese acordado entre el gobierno y las empresas eléctricas propietarias de dichas centrales.