Los denunciados son Julio Ariza y Juan Carlos Girauta, que habrían compartido videos o audios en los que se culpa de los efectos de la DANA a los ecologistas por “no permitir quitar las cañas”
Acció Ecologista-Agró ha presentado una denuncia ante la fiscalía de València por delito de odio los bulos difundidos por diversas personas. Estas personas difundieron audios o vídeos en los que se acusaba a los ecologistas de no permitir cortar cañas, y que estas cañas habrían causado las muertes y daños materiales de la DANA.
El día 1 de noviembre, Julio Ariza, presidente del Grupo Intereconomía, difundió en su cuenta de Telegram un audio, que supuestamente habría sido grabado por un ingeniero de caminos y que había colaborado en la reconstrucción de la Presa de Tous, de nombre Antonio Tatay Noguera. En este audio, entre otras expresiones, se decía:
“ (…) porque además si quitas una caña son especies que las han hecho protegidas los «verdes», los ecologistas. O sea que no puedes quitar las cañas porque te multan. (…) Por eso, la causa principal de esto (Se refiere al desastre y a los muertos) no la tiene la lluvia, no la tienen las infraestructuras, la tiene el desplazamiento de los coches y los responsables de no hacer frente a los ecologistas».
“existe mucho carbono CO2 en la atmósfera, mucho, pero la culpa de esto la tienen los ecologistas. Las cañas y los cauces sin limpieza. (…)”
El mismo día, el eurodiputado Juan Carlos Girauta, publicó un tweet en la red social X, con el siguiente texto: «Ecologistas y políticos seguidores, culpables». En el tweet se publica un vídeo de la inundación, con numerosas cañas siendo transportadas por el río, y se lee el siguiente texto:
“¿Dónde están todos los ecologistas que prohíben recoger las cañas y pastos del monte?”
Estas tres personas han sido denunciadas ante fiscalía.
Este bulo también ha sido difundido por otros políticos, siguiendo a estas cuentas, por ejemplo, el conseller de Agricultura, señor Barrachina, quien llegó a decir que los agricultores no pueden cortar ninguna caña para las tomateras. Sin embargo, la realidad es que la normativa valenciana lo permite (artículo 4 del Decreto 213/2009, de 20 de noviembre, del Consell).
Estos bulos se difundieron de manera amplia por las redes sociales, y como consecuencia de ello, en nuestra asociación se recibieron dos llamadas telefónicas hostiles (incluyendo la de un padre de una víctima), o en otros casos, algunos socios fueron insultados o provocados en tareas de voluntariado posterior a la DANA.
Posteriormente, un conocido Youtuber, Juanvi el Palleter, realizó amenazas en alguno de sus videos, señalando que:
“los ecologetas ya sabéis lo que vais a empezar a hacer, empezad a esconderos ya, empezad a esconderos ya, porque os voy a empezar a chorrear a los ecologistas y a todo el que se ponga por delante.”
La situación en redes sociales fue incluso peor, donde se han llegado a expresar amenazas graves a todo el colectivo ecologista.
Las actuaciones de los denunciados entran dentro del concepto de bulo, o noticia falsa, pues las cañas son especies exóticas e invasoras en la Comunidad Valenciana, se pueden recoger y sólo hay que realizarlo con cierta prudencia: con permiso del dueño, y sin hacer daño a nada ni a nadie. Las administraciones la retiran, las asociaciones ecologistas también pues no las defienden, y no tenemos constancia de multas a agricultores por quitar cañas. Más información aquí.
El delito de odio viene tipificado en el código penal en el artículo 510 con penas de prisión que pueden ir de uno a cuatro años, según las expresiones. Diferentes sentencias ya han recogido como delito de odio, la difusión de bulos.
Por ejemplo, una sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona, de fecha 8 de noviembre de 2022, une el delito de odio, con la difusión de bulos, condenando al autor, por difundir noticias falsas, con el ánimo de generar odio hacia un colectivo. En este caso se difundían unas imágenes captadas en China, que parecían mostrar una violación y se achacaban a un menor inmigrante en España.
Acció Ecologista-Agró ha meditado despacio esta decisión, ya que no es una actuación que hayamos realizado en el pasado. Sin embargo, conforme iban pasando las semanas y el número de amenazas y difusión del bulo iba creciendo, consideramos que era más peligroso callar que actuar.
El colectivo ecologista está siendo perseguido por algunos sectores de la sociedad e incluso por algún partido político y algún poder público.
En caso de que haya unas inundaciones, o de que haya un incendio, para desviar la atención, se culpa a los ecologistas con afirmaciones abiertamente falsas. Esto se ha visto ya en el pasado, tanto en inundaciones, como en incendios.
